Sensores de movimiento: qué tipos hay
Los sensores de movimiento son de las soluciones de seguridad más elegidas tanto en hogares como en oficinas y negocios.
Pero para aprovechar al máximo su eficacia demostrada, hay que escoger el tipo de sensor de movimiento adecuado en cada ocasión y la ubicación óptima para instalarlo.
Qué es un sensor de movimiento
Un sensor de movimiento es un dispositivo que cuenta con la tecnología necesaria para detectar movimiento delante de su ángulo de visión.
La detección de ese movimiento puede venir acompañada con una reacción generada por el propio sensor de movimiento, que puede variar desde hacer sonar una alarma hasta bloquear accesos de entrada y/o salida, encender unas luces de gran intensidad, etc.
Los sensores de movimiento más avanzados tienen la capacidad de diferenciar si lo que han detectado en su ángulo de visión es una persona, un animal o incluso un objeto inerte como una pelota rodando.
Esto se consigue gracias a que este tipo de sensores de movimiento pueden analizar la intensidad de la radiación infrarroja emitida e identificar la amenaza detectada o si, de lo contrario, no presenta ningún riesgo.
Dónde suelen utilizarse
Los sensores de movimiento pueden utilizarse tanto en espacios interiores como exteriores. Pero es importante colocarlos allí donde nos van a ofrecer mayor efectividad:
- En lugares de paso obligatorio (pasillos, escaleras, puertas).
- En lugares de difícil acceso, para que no se saboteen.
- En espacios sin obstáculos que entorpezcan el sensor.
- A una altura y distancia dentro de los límites de su sistema de detección de movimiento.
- Alejados de aparatos que pueden generar ruido (como aire acondicionado) o ventanas (por la acción del viento o la lluvia).
Tipos de sensores de movimiento
En el mercado hay muchos tipos de sensores de movimiento, clasificados sobre todo por su modo de funcionamiento. Estos son algunos de los principales:
Sensores de movimiento ultrasónicos
Estos sensores de movimiento emiten una onda ultrasónica por todo el área de seguimiento, que rebota en los objetos detectados y vuelve al detector. Si identifica un nuevo objeto en el que la onda ha rebotado, el sistema se activa.
Son también llamados sensores de movimiento activos porque generan una acción, que en este caso es la emisión de una onda o señal y que, al ser interferida, activan el sistema. Además de ultrasonidos también pueden funcionar con energía de microondas, vibraciones o haces de luz.
Sensores de movimiento por infrarrojos
Estos sensores de movimiento se basan en un haz de infrarrojos. Cuando se detecta la presencia de un cuerpo, el haz se corta y el sistema se activa.
Algunos modelos de estos sensores son capaces incluso de detectar cambios sensibles en la temperatura de la estancia.
Son también llamados sensores de movimiento pasivos, porque no emiten ninguna señal sino que se basan en las variaciones de energía para detectar cualquier presencia.
Sensores de movimiento duales
Estos sensores de movimiento combinan las dos tecnologías anteriores, para conseguir así una mejor vigilancia del espacio que entra en su área de acción.